domingo, 26 de abril de 2015

Reencuentros existenciales

Que estoy hecho de pedazos es tan modestamente correcto como real, que soy lo que vivo y lo que siento sería lo más justo para definirme. Aún así me atraviesa un meridiano temporal que me destroza y dosifica, me parcela, me desgaja y resquebraja como la torcedura maniobrada de una linde de alambre niquelada que amanece entre las zarzas en una tarde de paseo. Repentina y asombrosa, pero que desgarra como el incisivo, atrapa como la mordedura y se siente como el frío en el epitelio profundo del curtido tegumento.
Siempre soñé con ser mesana, no por inconformismo sibilino sino en una convicción profunda de que ser foque de este barco terminaría por resquebrajar mis lonas. Mas allá de vencer o ser vencido, de dignidades profusas, de acordes que no sonaron o perdones que no se dieron existe la vida, con su sudor a secas, su arrogancia pérfida y cristalina, su perfume y su aroma, sus ojos, sus miradas, y el color; y cuando el viento atiza a norte por doquier, tensar los cabos y amarres pueden quebrar su piel. No seré yo quien se empeñe en construir el destino, ni tan siquiera el rústico catalejo que divise más allá de mis cortas luces, no seré ni tan siquiera el timón, ni el mástil, ni veleta, ni orza tan siquiera de estos navíos de antes. Voy a ser yo en mi, conmigo y en mi ciencia, en verso, en prosa y en barro, en mi error y en mi osadía, en mi frustración y en mi pecado, en mis sueños y en mis días, en mis claros y en mis sombras, en mis errores y en mis luces, pero yo al fin y al cabo. Que mejor aspiración para la vida que descubrirme, que mejor hallazgo que reencontrarme, que mejor regalo para siempre que ser, en mi distancia y en mi persona, sin más y con todo ello, a pesar de las travesías, del poniente y del levante. Hay sur porque hubo norte, días porque se hicieron las noches, y yo, porque estas tú y sin ti no sabría si ser o simplemente olvidarte. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡Y qué mejor que ser el capitán de tu propio barco!! Dominar las tempestades, empaparse, quedar extenuado...para luego secarse bajo un cálido sol, tumbarse cuando el mar está en calma, llenarse y limpiarse con su agua y respirar el olor de la vida.