miércoles, 29 de julio de 2015

Semper

Siempre es un lugar maravilloso para vivir, un paraíso extraño en el que sentir mansa la calma, aquella que vuele tus sueños como la cometa que perpendiculariza los rayos en la caída del sol. Siempre es el verdadero prefacio de la eterna felicidad, el lugar exacto de las recompensas, donde dormitan aquellos besos guardados en tus ausencias. Siempre duerme en tus labios como un regalo, siempre descansa sobre tus manos como un eterno placebo de mis complicaciones, siempre es blanco y aterciopelado como el lino sobre el mar en su hermosa inmensidad. Siempre, amanece en los días más tristes y prende el humo de mi desayuno, es el broche invisible de aquellas notas que escribiste en mis oídos, el susurro perpetuo de mis penas ahogadas en el cristalino. Siempre, cuando la ausencia y la desquicia se mueren, siempre, cuando resucita el cigomático mayor, cuando tornas mis debilidades en fortalezas, cuando anochece y respetas mis silencios, cuando duermes y me miro en tus ojos. Siempre es todo, y tal vez nunca, es ausencia compartida, es locura y versos, siempre es pecado, es silencio y ternura, siempre es libertad, siempre es inmenso sin ser eterno. Porque yo sé que tú lo sabes, pero siempre es hoy, y tal vez siempre, pero seguro es ahora y seguro es lo mejor, y volvería a escribirlo con su asonancia inversa, y lo escribiría en algún lugar volátil y efímero, porque tú sabes, como yo, que siempre no es eterno, pero es maravilloso.

lunes, 27 de julio de 2015

Insolencias obligadas

Inmóvil, en el paraninfo de la vida, hierático y preso de una plenitud comprada con el tiempo. En la celosía de este mundo, en el zaguán de las vicisitudes, en el prefacio interminable de tu biografía, en el recibidor perpetuo, anquilosado como un paragüero estanco, carcomido y acomodado, inservible y parásito, desmembrado e ineficaz, desentonado y quejoso, viendo pasar la vida con la añoranza anodina de un lector de feisbuk pasivo y envidioso que se retuerce con cada pulgar erizado. Y al otro lado, ruin, egoísta y fugaz, la vida con su arrogancia y su ternura, su crisol de sabores y luces, con sus sombras transparentes, con sus sueños, con el oleo celeste de tus ilusiones en un sarcástico guiño al confort de tu quietud. 

"Brida estaba en la playa con su padre, y él pidió que proba­ra si la temperatura del agua era buena. Ella tenía cin­co años y se entusiasmó de poder ayudar; fue hasta la orilla y se mojó los pies.
-Metí los pies, está fría -le dijo.
El padre la tomó en brazos, fue con ella hasta la orilla del mar y sin ningún aviso la tiró dentro del agua. Ella se asustó, pero después se divirtió con la broma.
-¿Cómo está el agua? -preguntó el padre. -Está buena -respondió.
-Entonces, de aquí en adelante, cuando quieras sa­ber alguna cosa, zambúllete en ella."
                                                                                                                                          (Paulo Coelho)

Los sueños suelen escribirse solo cuando se hacen realidad, los deseos suelen decirse cuando se creen imposibles, las mentiras se ocultan incluso habiendo ocurrido, las metas son metas cuando a veces no son más que el verdadero principio, los obstáculos parecen problemas cuando son retos de uno mismo, las ilusiones son egoísmos disfrazados de heroísmo, y el amor; el amor es el motor del mundo, incombustible y feroz, insaciable pero sano, capaz de todo. Al otro lado: la vida, al otro lado: la razón. Allá, donde hierve el mundo a borbotones, donde sangra el espíritu de los que sueñan, donde se zambullen los valientes, donde dormita el ángel que quieres ser, donde viven los anhelos de lo que ves, allá: zambúllete. Huye del arcaico sostén de tus remiendos, salta al mundo, a emprender los miedos, a construir la inseguridad de los sueños por hacer, a remilgar los propósitos interminables, a desmembrar los tópicos y las ilusas falsedades que amurallaban tus saltos. La vida vive en ti si te zambulles en ella, el mundo eres tú si lo miras de frente, pero no esperes, deja de probar a medias, de dar sorbos en la orilla y colma de plenitud el alma hermosa que te sustenta.

domingo, 12 de julio de 2015

Allá

Allá donde se esconde el alma de los invisibles, en el palpitar sereno del eterno fruto de la vid, que engendrado sobrevive en el anonimato, en la más profunda transformación y usurpación de su propio territorio. Y desde la distancia más próxima e indómita, de la inmanejable quietud que se desprende de la debilidad humana, renace un único deseo irrefrenable que domina el ser en su compleja plenitud. Allá donde se esconde todo, bajo la mira del prurito anhelo de quien se sabe pleno sin arrogancia, y tras el juicio sereno e intachable del tiempo, allá la vida es más dulce y calma que los propios sueños. Duerme la vida en mis manos y en mis sueños, en el reflejo perpetuo de un deseo irrenunciable que amanece y duerme conmigo, que desata mis tormentos más dulces y que cristaliza en los versos que nunca supe escribir. Tal vez un poemario se escriba solo, o quizá una pluma invente un boceto intachable alguna vez, pero nunca sabrá la espera renunciar a su impaciencia, como el ego tachar de cruel al protagonismo, ni siquiera sabrá la luna más que acertar con un momento exacto del encuentro. Calma y mar, en todo, que vida y tiempo ya pongo yo, luz y sol en todo ello, que no hay noche que no amanezca ni sol que cien años dure sin marchitar su luz.