miércoles, 26 de enero de 2011

Idas y venidas

Entre tanta vuelta de tuerca y de tornillo uno se olvida de venir más a menudo por estos lares. No sé si se irá perdiendo la costumbre o irá acostumbrándose a perderse, pero el caso es que ya era hora de dejar aunque sea una reflexión de post-it por algún rincón del paraíso. Motivos para escribir seguramente sobran, pero el tiempo como siempre no lo empleo bien y termino robándole a las noches su misión, y tampoco se trata de eso. Ahora ando galopando por los pasillos de Bolonia a ver si pongo en pie alguna idea y tiramos verdades en panfletos de evaluación que bien podrían eliminarse con tanta práctica. La atalaya no es la mejor, pero la perspectiva es la misma, solo que más diáfana. Si hay que cotizar cuarenta años tengo claro lo que haré con mi hijo. Volveré.