lunes, 13 de febrero de 2012

Recetas para dormir

Duerme Kelvin en mi memoria...
 No necesito las caricias de tus hombros, ni los epitafios de tus manos, ni la espuma que deja el mar a mis pies al descender la marea. Yo no necesito nada de lo de antes, ni siquiera los desprecios, ni el olvido, ni los labios clavados en el acero, ni los arañazos de tus ojos.

Solo quiero la paz de tu mirada, el remanso de tus manos donde despiertan las mañanas, los versos que desayunan en mi cama, el amor secreto que duerme en mi almohada. Solo una vez más, un suspiro de ti entre mis manos, una calma densa en mi horizonte, un retrato de tu perfume de madrugada. Esta mañaná te llamé, y como siempre, comunicaba...