jueves, 24 de abril de 2014

Caminar

 Desde mi rincón las noches se hacen más oscuras, duermen en silencio, pero gritan a voces desagradables que la vida se desvela, que se mueren estas cuatro paredes, que necesitan buscarte, que se muere de pena la melodía que escuchaba cada tarde. Necesito encontrarlo todo, buscarlo y encontrarte. Cierro los libros y el tiempo da una vuelta más a cada suspiro porque ya no me hacen falta. Anoche vi escrito en algún lugar una de esas frases que cambian el mundo, un respiro, una luz incolora que iluminó el único camino que sigo ahora. El susurro, el hormigueo incesante de mis venas sintiendo tus palpitaciones y en mis manos un poquito de ti para descubrir que todo lo aprendí contigo. 

Necesitas caminos largos porque tus pasos lo abarcan todo, porque tu fuerza inunda los mundos por más que se empeñen estos en detenerte, porque has hecho de tu constancia una forma de vivir y una manera de entender las cosas. Envidio tu alma cuando conviertes las lágrimas en ríos que navegar, cuando tus manos hacen de las nubes sombreros de algodón, añoro tus latidos porque son la fuerza que mueve mi mundo, y necesito tu sonrisa porque duerme en mi almohada, amanece entre mis manos y se marcha sigilosa haciéndome pensar que todo es mío. 

Que nada detenga tus pasos, tus sueños llévalos siempre contigo, que sople el viento desde donde quiera, que mueran los rayos donde deseen hacerlo, que amarguen las aguas a tu paso, que derramen lágrimas en el lodo y que se derritan los aceros que sostienen las torres más altas; pero nunca detengas tu paso, nunca añores nada que no pudiste conseguir porque lo hiciste todo, mira al frente y sonríe porque algún día vendrá a vivir contigo, porque serás el norte de los barcos sin rumbo, porque si supieras que sin saberlo eres la luz, porque siento que has sentido como yo siento que es tuyo y que es mio. Tengo tantas cosas que decirte que el tiempo no puede esperarme, se irá y vencerá todos los detalles, y los cumplidos. Pero no me importa, porque lo escribiré donde haya que escribirlo, y porque lo he sentido, porque lo hice mio. Hoy tengo que darte las gracias por vivir lo que he vivido, por vivir lo que me queda por vivir, porque no hay pendientes que se eleven más allá de lo posible, porque no hay fronteras que no se puedan traspasar y porque no queda nada que no haya sido vencido.