El silencio ha sido testigo de la última forma de vida elegida, no por menosprecio de la voz alzada. La opinión queda para mi, en la reflexión profunda. Me he dado cuenta que mientras menos hablo, menos escribo, más dedico a pensar, y a veces no es bueno. Ha llegado el momento de análisis, de reflexiones y de repasos, pero no merece la pena. Me dedicaré a vivir, simplemente a eso. Lo mejor de la vida está en las cosas minúsculas que superlativizan el rostro de la verdadera belleza. Tú sabes lo que te valoro.
Primer viernes de Cuaresma
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Primer viernes de Cuaresma, minutos antes de las siete de la tarde. Por
lontananza, recortaba la moderna silueta de las setas un atardecer
machadiano, ent...
Hace 1 año