domingo, 24 de octubre de 2010

Profe, ¿Hoy es domingo?

Mal andamos si a estas alturas dudamos del día en el que vivimos o todavía no asumimos que ese es un día de descanso para casi todos Pero me da vueltas en la cabeza como si mis neuronas jugaran al parchís sinóptico de sus espacios. Una sencilla combinación de palabras cuyo carácter interrogatorio me ha hecho tropezar con la reflexión del día. Qué maravillas no esperará esa criatura para anhelar ese día con tales ansias, o para perderlo con mil historias. Pero no pasa nada, no siente la necesidad de aprovecharlo como el último, no piensa en el mañana ni le tiene pánico. Total, mañana no es lunes, simplemente mañana es otro día, una nueva oportunidad de ser feliz, de divertirte y de amar la vida como única, de poner el mundo en tus manos para entenderlo mientras el ente artificial y adulto sigue perdiendo el tiempo. Tal vez sea el día, el único del mes que vea a su padre, quizás sea el día que juega el partido más importante de su ahora, seguramente es que no entiende los días como pegatinas de un calendario que se esfuman a las 00,00, convencido estoy que no rellena ni ocupa sus días para engañar a nadie, te puedo asegurar que solo es una actitud ante la vida, y lo peor, es que solo sera un sueño que durará en sus manos hasta los trece, justo cuando empiece a entender algo del mundo que tenía en sus manos y a desaprender de los impulsos que murieron atrapados en los cánones del bien grabados en las paredes.

Sin despertar a tiempo

Últimamente, y por los intrincados caminos que elijo me vengo encontrando personajes muy distintos. Qué duda cabe, que parte de ellos los elegí inconscientemente, pero nunca los imaginé tal como son. Andar por los pasillos de abajo de la universidad te hace descubrir tantas cosas que ni la mejor de las clases de psicología te podría ofrecer. A veces me quedo ensimismado los primeros quince minutos de la clase intentando hacer memoria -habilidad que perdí con el oficio- de cómo era yo con los dieciocho años a cuestas, pero la verdad no encuentro muchas similitudes, o quizás no las recuerde con exactitud. No se, algo ha cambiado sobre manera en muchos ámbitos y, cuando vuelves a los espacios en los que ubicaste parte de tu historia personal, ya no te ubicas con facilidad. Los prototipos los han tumbado las exigencias personales, los modelos estereotipados llevan una mano de pintura. Hoy todo es diferente, distinto y pasa inadvertido. O tenemos la mente muy abierta o somos muy diferentes, o está cambiando tanto todo que hasta me gusta. Lo cierto es que es una experiencia cada tarde compartir una clase de universidad de primero con mis compañeros. He tenido suerte, y mirándolo bien, no responden a los modelos estereotipados. Yo tampoco soy un carca pero me encuentro a algunos días de distancia de mis compis de pupitre. Simplemente hay sensaciones que se han vuelto realidad. Las diferencias nos unen más que las similitudes y en la raíz de su existencia está el misterio del amor, la amistad y hasta la convivencia.