miércoles, 23 de junio de 2010

Hipocresía

Esta vez no. No voy a hacer el esfuerzo por intentar entender nada más allá de lo que vea. Será la dinámica perversa de la vida o el azar. Antes a golpe de vista descifraba los rasgos más sobresalientes, que no más notables, de cada persona que conocía. Con el paso del tiempo la mayoría se mantienen, y otros cambian, o simplemente nunca fueron, y eso me mata. Será mi exigencia o la tendencia a un perfección que no es humana, pero no lo soporto. Voy a dejar de definir, y me paso al balcón de la observación. Voy a dedicar la vida a contemplar sin enjuiciar. La verdad, no es que me equivoque mucho, pero lo cierto es que gano tiempo con la persona, aunque pierdo unas experiencias inolvidables. Esa del derrumbe de los prejuicios, la desilusión, las noches pensando en el desencanto personal, las cuestiones trascendentales y otras que no vienen al caso. Al final va a resultar que es bueno ser casi visionario, pero a veces me cambiaría por aquellos que dicen no ver las cosas, aún no entiendo el esfuerzo de hipocresía de aquellos que viven subidos en ninfas emparradas. Me cuesta tanto creerlo que me produce demasiado pudor pensar como juegan con la inocencia impoluta de los otros. Me gustaría abstraerme, pero soy un animal más de opinión formada que de observación creada, costumbres.

viernes, 18 de junio de 2010

HOY llega..... `EL ERILLO´

` El Erillo ´
Después de un inmejorable trabajo de alumnos, padres y maestros, llega el primer periódico gratuito del colegio. El diario que resume todas las anécdotas del año y las locuras educativas más simpáticas.

sábado, 12 de junio de 2010

(Re) capacitando

Día anodino el de hoy, de esos que crecen de la existencia y se multiplican en la convivencia. Se que no todos los días pueden ser igual y por eso valoro vivir de esta manera, pero hay esperas que agotan el alma con la incipiente necesidad de descongestionar cada impulso. Valga la espera como consuelo, como pupitre lleno de algoritmos sin resolver y con miles de soluciones imposibles a tu alrededor. Hoy es un día de los del vuelco, del derrumbe, de la catarsis y la reestructuración de los valores, de las preferencias y de las necesidades. Lo mejor de hoy, el café de la mañana, el sorbo de media tarde, mi soledad, y su sonrisa siempre a tiempo.

viernes, 11 de junio de 2010

Cartas sin sobre

Volver a mi silencio era la receta justa para llegar al punto de encuentro. Allí, junto a alguna encina atravesada por el paso del tiempo, de brazos robustos, frente alta y sobre la tierra llana y espesa donde el sudor descansa ,te encontré. No sabía en qué momento de mi vida llegaría, pero tal vez no lo elegiste tú, ni lo hubieses planteado así, o tal vez sí. La ausencia de explicaciones hace más sencilla la existencia y más útil el cuidado del alma, preocupada de egoísmos que mueren en la libertad individual de nuestra ególatra deidad. Hoy, cuando te estás marchando, sin agónicas despedidas, sin falsos golpes de tez, sin besos judaicos, en silencio, y con la fortaleza impertérrita que siempre descubrían tus ojos, sé que estás acariciando la mano de quien te acompañó en este paseo. Sabes que llorar de nada sirve, que los hombres lo hacen, pero tú no, que el dolor es parte de la vida y la anestesia del sufrimiento, pero sabes también que nunca pude ser así. Déjame llorar tu ausencia aunque no me veas, déjame ser débil y echarte de menos, recordarte y escuchar tus ideas, tus explicaciones, tus irreverencias, tus deseos, tus sueños incumplidos y tus miedos de media tarde. Déjame enviarte esta carta, y cuando la recojas no se lo digas a nadie, léela en silencio y no me contestes, que seguro sabré que la leíste. Te envío algo más que un puñado de letras, te escribo algo más que un sinfín de sentimientos, te llevas una parte de mi; pero me quedo con un inmenso libro de emociones que guardaré para siempre en la biblioteca de mis sueños.

martes, 1 de junio de 2010

Martes al sol

La naturaleza humana está preconcebida para aguantar situaciones tan extremas que ni viviéndolas llegaríamos a creerlo. Hoy ha sido demasiado cansado para escribirlo, demasiado largo para contarlo y excesivamente espeso como para reflejarlo en unas líneas que no resulten cansinas. Me quedo con flashes de vidas enlatadas, de animales que nacieron cautivos, de especies preservadas para el conocimiento humano, de circos camuflados en reservas. Me quedo con los niños chorreando alegría, sorpresa y decepciones. Me quedo con un día soporífero, insoportablemente caluroso y la última sonrisa del día, que quizás también fue la primera. Me quedo con las horas que compartimos, los minutos que sonreímos; me quedo con todo, hoy hemos aprovechado para ser felices, es una solución rápida para anestesiar la monotonía y dar sentido a la existencia, pero es la mejor receta para vivir, que es suficiente con los tiempos que corren y el calor que dejan detrás.