La vida llena de claroscuros, y tú mirándola desde la orilla con la parsimonia inquieta y sedante de las olas. Los días atardeciendo anacarados y tú desayunando amaneceres en la comisura del hambre. Los esputos tomando cordura sintáctica y tú dibujando poesías con el agua que vierten las fámulas de media noche. Las rosas creciendo acrisoladas con sus puñales entallados en las manos de la verdad y tú arrancando majoletas del espino como un niño juega con las orlas del precipicio tan sutil como inocente. La vida pasando por todos, y tú pasando por ella como casi nadie. La vida sonriendo a solas y tú bailando al compás de su diafragma, la vida mirándonos con sarcasmo y tú plantando ironías en las zanjas adoquinadas. La vida invaginando traqueas a cada suspiro y tú expirando poesía en tus sies que suenan a mazurca polaca. La vida empeñada en nada y tú, como siempre, en todo.
Siete años
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No recuerdo el día que nos conocimos, ha llovido mucho y en la Plaza Nueva
ya no se coge el 17 que me llevaba al Polígono. Eran años de vespino,
Tremendo...
Hace 5 años
3 comentarios:
Me encanta el ritmo de Dualidades!Como todo lo que escribe.... Sin palabras....
Me encanta el ritmo de Dualidades!Como todo lo que escribes... Sin palabras....
El ritmo de la vida misma,... Gracias por tu cálida visita!
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