Se rompe la tarde en mil pedazos, el cielo, lienzo impoluto de azules combinado, deja de ser un horizonte claro en el que mirarse.

Hoy han empezado mis vacaciones, y elegí esta tarde de viernes para volver a casa porque no me gusta esperar, y porque conducir de noche, te hace ver luces, quizás el único momento en el que lo vea todo tan claro como añoro.
De nuevo de vuelta...
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