lunes, 12 de noviembre de 2007

LA INMIGRACIÓN EN LOS MEDIOS

Los fenómenos sociales son en tanto que adquieren relevancia informativa y comunicativa, lo que les hace convertirse en verdaderos elementos de cambio. La inmigración es uno de estos fenómenos del que hablaba, y se sitúa a la cabeza de las preocupaciones –utilizando un eufemismo- de la actual sociedad española. Cuando algo preocupa, algo es socialmente relevante, los medios lo toman como elemento producto, o incluso lo hacen socialmente trascendente.
Decir que la inmigración es un fenómeno de nueva creación es cometer una aberración lingüística y semántica, y demuestra un desconocimiento social grande, puesto que la inmigración ha existido desde que el hombre es hombre y se siente parte de una zona geográfica, y las necesidades o la obligación, le lleva a un país distinto del suyo propio con el fin de instalarse en él.
Teniendo claro que no es un fenómeno nuevo, la inmigración coexiste en nuestros días como algo significativo que nos llama la atención y nos hace reflexionar, por su aparición en los medios de comunicación y la opinión continuada que se vierte sobre ella. La inmigración es un factor determinante al respecto, cada día el número de personas que proceden de otros países con destino al nuestro aumenta, y esto no constituye un peligro ni tampoco debe verse como algo negativo; la inmigración no es una lacra como tampoco lo ha sido años atrás la emigración. Hoy en día, al igual que siempre, existen españoles con defectos, criticables y susceptibles de cambio, igual que hay inmigrantes que también lo pueden ser.
La diversidad cultural no debe constituir un problema, ni tampoco debe ser vista como un tema tabú y negativo. Lo que sí debemos es, entre todos, buscar la mejor manera de afrontar una nueva realidad intercultural que procede de la inmigración y se fundamenta en la diversidad. Para llevar a cabo tal labor el papel de la educación es importante, pero generalmente insuficiente. En este entramado debemos incluir el importante valor que representan los medios de comunicación como instrumentos sociales de difusión de la información e incluso en ocasiones responsables y creadores de opinión. En muchos casos muestran parcialmente la realidad social e incluso proporcionan al individuo una interpretación ya dada de ella. Ante tales acontecimientos es preciso proporcionar una alfabetización en comunicación desde los inicios, es decir, con los niños. Esto se hace necesario porque no es suficiente con que existan los medios que proporcionan la información, es muy importante el saber utilizar e interpretar lo que quieren decir. En toda sociedad plural que se precie el papel de los medios es fundamental, pero no es determinante ni puede equipararse cien por ciento con la transmisión fiel de lo real. Los medios de comunicación adaptan la información aunque sea con el único fin de hacer la noticia más comprensible, esto es lo que determina la existencia de patrones culturales de la audiencia de unos u otros medios.
En el caso de los inmigrantes podemos señalar que los medios tratan de dejar clara la distinción que puede establecerse entre el ellos y el nosotros de modo que la visión que transmiten de la noticia no es total sino parcial; lo que se propone en este artículo es la apreciación de tal acontecimiento para que de este modo el receptor, consciente de lo que ocurre, sea capaz de analizar lo que es real y lo que no a la hora de ver una noticia.
Se trata de que el individuo llegue a conocer los rasgos de los componentes de su sociedad para de este modo poder integrarlos y alcanzar un consenso y a una convivencia común de todos. Para que esto ocurra el receptor debe ser consciente de que el periodista construye las otras culturas a través de sus discursos, y lo hace de una forma como ya hemos apuntado, un tanto subjetiva. Además de esto y puesto que una imagen vale más que mil palabras, no podemos olvidar que los españoles tenemos un contacto en ocasiones reducido con los inmigrantes, tan sólo o gran parte de nuestra idea sobre éstos se conforma a partir de las imágenes que observamos en los medios y lo que es cuestionable es el tipo de imágenes que recibimos y no tanto esto cuanto su tratamiento. Y digo esto, porque no es extraño ver a diario imágenes de cayucos o pateras que llegan a nuestras costas en condiciones infrahumanas, o de ver largas colas en la seguridad social o en extranjería de personas que reclaman a “nuestro” estado un amparo, una “legalidad personal”, y en ocasiones, nos entristece pero la mayor parte de ellas nos repugna, nos agravia y nos molestas que vengan a nuestro país a “quitarnos” lo que consideramos nuestro. Pero en cambio, cuando tenemos de nuevo ese contacto visual, televisivo en la mayoría de los casos con el inmigrante de otra “élite” no tenemos reparos en esbozar una sonrisa o sentirnos orgullosos de saber que lo “legalizan” en nuestro país, le conceden la nacionalidad de nuestro país y el enriquecimiento con nuestro dinero. Es la paradoja de esta vida, sentimos repudia cuando vemos llegar a una persona en patera a pedir trabajo para comer en nuestro país, y nos sentimos orgullosos cuando algunas de las “estrellas” extrajeras del fútbol que trabajan en nuestro país y se enriquecen con nuestras humildes aportaciones de toda clase, y se benefician de nuestros servicios, obtiene la nacionalidad. Es una cruel ironía manejada por los medios pero influenciada en gran parte por la aportación educativa. El fútbol es un “bien necesario”, es un movimiento social y económicamente rentable, mientras la llegada ilegal de personas que se mueren de hambre en sus países se convierte en un hecho repudiable. Es la cruel ironía de nuestros tiempos, y los medios pueden hacer mucho por cambiarlo, pero quizás, o seguramente, no sea del todo interesante para la oligarquía poderosa que nos rige.

No hay comentarios: