martes, 1 de mayo de 2012

Sonreir -pese a todo-


Como sabes que pienso exactamente lo que estoy pensando, no tengo más que mirarte para que sepas que has descubierto el mayor de mis secretos. Aquel que guardo cuando despierto pensando que le robo las palabras al libro que has escrito mil veces sobre mis manos. No tengo secretos para ti porque duermen en tu regazo, no tengo verdades escondidas porque las aprendí de tus deseos, no tengo sueños imposibles porque haces fácil el mayor de mis imposibles. 
Es fácil amanecer desde la cúspide de tu sonrisa, desde el páramo denso de tus latidos, desde el impenetrable brillo de tus ojos, desde el manso silencio de tus caricias. Pero me cuesta llegar al sórdido tintineo de la luna sobre el tejado cuando ya no estás. Al menos sé, que amanece, en la plenitud de tu existencia, en tus ojos, y en la extraña sensación de que es más temprano cuanto más rápido pasan las horas.



Mientras caminamos, sucede algo más que el tiempo, sucede la vida, la existencia y las emociones que viven en ti, en  los sueños. Nadie perturbará jamás ese momento y todo cambiará por más que se empeñen en hacernos ver su mundo en nuestros ojos, acostumbrados a mirar por otros cristalinos, pero incrédulos y resignados, espero. Feliz día del trabajo, y ojalá que feliz para todos.

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