domingo, 26 de diciembre de 2010

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Hace más de un mes que no entraba a dejar algo por aquí. No sé si será el contagioso espíritu navideño, las vacaciones o el síndrome de abandono en el que estaba sumergiendo al paraíso. El caso es que no es mala fecha, y menos siendo veintiséis, para venir a dejaros unas palabrillas de felicitación. Cuando el año ha sido difícil lo mejor es despejar el camino y ver el futuro con la dignidad de unos ojos limpios. Me gustaría desearos un fantástico fin de año y todo lo mejor que soñáis para vuestras vidas. Para mí está siendo una auténtica satisfacción ver como se aleja 2010 con su manto negro y su apesadumbrado andar. Seguro que 2011 tiene esa ternura de niño que todos deseamos, el color de una manera distinta de ver la vida, ojalá. Lo dicho, solo venía de paso mientras ordeno los sentimientos en la estantería de los apuntes y me reorganizo con el suficiente sentido y coherencia que merecéis. Gracias por seguir ahí. Feliz Navidad a tod@s.

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