martes, 27 de julio de 2010

El gran ojo duerme en cada uno de nosotros

...y mira hacia nuestro interior con la ególatra mirada que nos ronda imperturbable como condición sine qua non para nacer y sobrevivir en esta sociedad artificializada.
Ultimamente me ronda la idea de que todo está disociado y disperso porque no es más que una falacia o una escusa para terminar inmersos en el sistema y todos siendo parte de él. Ahora está de moda televisar cada impulso de nuestras vidas, contar, vivir y experimentar con el ser humano como hacíamos con las ratas de laboratorio. Es el show de los realities, nos han inculcado una manera de vivir inherente a nuestra propia realidad y con la que convivimos, la hacemos propia y la necesitamos incluso criticándola. No se si me explico, -no se casi si me entiendo-, pero suena elegante eso de criticar los programas de realidad televisada donde se muestran publicamente las vidas de personas para afrontar un concurso, unas pruebas y obtener un beneficio a cambio. Vender tu vida a millones de personas, publicar tu intimidad a golpe de talón, mostrar tu ignorancia y desnudez al mundo con el descaro de quien no tiene miedo al ojo que observa despiadado al otro lado. Y entonces, calibrando mis pecados, cuando publicamos en nuestra bitácora nuestra vida capitulada, o lo que pensamos, o lo que somos, o cuando nos desnudamos al mundo sin sonrojarnos, o cuando escupimos verdades o pensamientos, o cuando rompemos el hielo del cristal que nos mira, o cuando salpicamos la pupila de letras estúpidas hablando de lo que nos preocupa, nos gusta o nos entristece..¿acaso no estamos televisando, radiando, contando y elevando a lo público nuestras vidas?
Vivir no es más que una manera hipócrita de existir, pero a veces nos esforzamos en refinar las estupideces, en dar una exquisita y modélica versatilidad a nuestra expresión que nos parece nos mejora. Únicamente parchea las deficiencias sin sanarlas. Seguiré (tele)realizando mi existencia, seguramente por mi, pero tal vez porque quiera contarlo, en definitiva necesitamos de los demás, somos seres sociales. Mi punto de contacto con el mundo, el sentido de mi existencia, o la simple convicción de que no podemos usurpar la felicidad porque no crece en soledad.

3 comentarios:

Juanma dijo...

Pues sí, no hay modo de acertar con una actuación. Como para intentar también el acierto con un modo de ser. La sombra de la hipocresía es alargada, cabría decir.

Un abrazo, querido Miguel.

Miguel dijo...

Juanma, vaya frase genial: `La sombra de la hipocresía es alargada´. Bonito título para una entrada. Tómatelo como reto o como quieras hermano, jeje.

Un abrazo.

La gata Roma dijo...

Tienes razón, aunque tampoco hace falta que te diga las diferencias de publicar nuestra vida o parte de ella en nuestros blogs; es eso, parte, tú y yo y los demás deciden que parte se muestra al mundo, y se muestra discretamente, no se bombardea con la fuerza televisiva… Pero si es cierto, vivimos siempre observados por un gran ojo…
Kisses