sábado, 18 de octubre de 2008

(Re)Encuentros

A veces me pregunto a quién pertenecemos, quien es el dueño que nos demanda, o el juez que tiene el designio de nuestras vidas. Es inútil intentar controlar aquello que nos supera porque sería preocupar la mente en cuestiones del alma y entretener al corazón sin darle tiempo para saborear la vida. Cuando la soledad es elegida cada momento se aprecia como un sorbo de fresco manantial que sacia lo justo al correr por la garganta seca. Pero si no la eliges, la impresión cambia a golpes de segundero.
Es curioso como se añora aquello que no sacia, aquello que no tienes justo cuando lo deseas tener. Una vida llena de hermosas contradicciones y un paraíso burdo construido por la mente humana que echa mucho de menos al corazón. Navegar ha quedado a la suerte de algún fin de semana en mis ratos de soledad. En ellos he leído fragmentos que aun dan con sus nudillos en mis estertores, y me vienen a la mente, y me hacen reír, soñar, sentir. La soledad elegida, el rincón de encuentro con uno mismo, con el yo, con el “mi” de cada fragmento que me pertenece.
Cuanta razón llevas amigo, y que necesaria es, que necesitada, pero cuando es impuesta y condenada a la distancia te hace cosquillas en sitios que no me hacen reír. Aprovecho cada fin de semana para reencontrarme con todos, con aquellos que quiero, con los que amo, con los lugares y rincones que me vieron nacer, con ella, con mi soledad y conmigo. Los necesito a todos, cada uno de ellos da a mi vida un sentido que no quiero perder, todos son soporte de lo mucho o poco que logré construir y cuando no están, tiembla el raso que los sostiene.
La distancia no separa, mentiras, o verdades a medias, que se yo, lo único que me queda claro en cuarenta y pocas horas es que necesito este mundo que he creado, este espacio que han inventado para mi, estos ratos de soledad, de amistad, de cariño y de amor, de pedazos que dibujan el paraíso perfecto de mis noches en el sur.

1 comentario:

Mar de Luz dijo...

El reencuentro siempre es esperado con ansia e inquietud aunque se haga eterno.
La distancia juega un papel clave para que los días vayan pasando con la rapidez que uno desea.
Hay que disfrutar de la soledad la cual está llena de sensaciones nuevas.
Un saludo.