Hay lugares, como huellas en la memoria, que duermen en letras de canciones. Parece que sus autores vivieran contigo, despertaran de tu cama o los vieras al fondo del pasillo
escribiendo sus canciones en tu escritorio. Te identificas con estrofas que escuchas en el autobús, al cambiar la emisora del coche, al ver un anuncio, al quebrar la puerta de un establecimiento. Me pregunto si la vida está hecha de historias que se acumulan en compartimentos estancos, tan iguales como las vidas clónicas de los que las padecemos en distinto tiempo. Será un ciclo que nos abarca a todos el de la existencia que milimetra el paso de su movimiento para no coincidir, pero que se repite como su nombre indica.
No se lo que será exactamente pero me gusta escuchar canciones que me traen recuerdos, malos y buenos, porque parece que la vida no solo se detiene, sino que retrocede, vuelve, y siento aquellos momentos de nuevo, con la misma ilusión, nerviosismo, inquietud. Hablar de la vida es lo más normal del que lo hace, nos pasamos la vida hablando de la vida, pero es necesario. La música es un complemento más, importante, pero que tiene el poder de temporizar los hechos, de rememorar a golpe de corchea aquel momento que no eres capaz de rescatar de tu memoria con el esfuerzo humano de la sinopsis.
Hoy llevo en el coche libros escritos que solo puede leer la máquina láser que los reproduce, pero seguramente pueda interpretarlos con una llave que solo yo tengo. Cada uno la suya, pero la mía la guardo yo, no puedo entregarla, ni compartirla, solo a mi me abre las puertas de un sentimiento que nació y morirá conmigo, que le pone música a momentos, que escribe con blancas los silencios de mi vida. Me hace ilusión recordar, es un momento único para sentirme vivo y vivido, para demostrarme que camino. El refuerzo necesario para comenzar un lunes, que como todos tiene muy buena pinta, solo me falta algo,- bueno, lo de casi siempre- pero ya voy entendiendo que en la existencia no se consuma la plenitud, no me conformo pero lo asumo, mientras escucharé, sentiré.