El perdón no tiene memoria. Anda a la deriva esquivando almas orgullosas, y llega cuando el olvido ha defenestrado el un error. El perdón no tiene memoria ni la quiere, no tiene dueños ni alquileres, se alimenta de la bondad y muere con la arrogancia. Al fin y al cabo, el perdón no tiene memoria.
Siete años
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No recuerdo el día que nos conocimos, ha llovido mucho y en la Plaza Nueva
ya no se coge el 17 que me llevaba al Polígono. Eran años de vespino,
Tremendo...
Hace 5 años
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