Poco a poco, entre los escombros me he ido abriendo paso. No ha sido fácil el camino pero la restauración ha comenzado. Será sutil, sin parafernalias, volviendo a su particular aspecto, a aquel que olía a café recién hecho y silencios de luna, a repasos apurados, a Amelie, a sueños inolvidables. Hoy, de momento, ha vuelto la música, y creo que como cada vez que una nota perfila un lugar, hoy comienza de nuevo a resurgir. Colocaré los andamios bien pertrechados bajo algún cartel celeste de publicidad que pueda verse, pero de esas que incitan a vivir, de las que dejan pensar. Yo soy restaurador de brocha gorda, no me pidáis grandes cambios, pero lo haré con el mimo que merece.
Siete años
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No recuerdo el día que nos conocimos, ha llovido mucho y en la Plaza Nueva
ya no se coge el 17 que me llevaba al Polígono. Eran años de vespino,
Tremendo...
Hace 5 años
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