Desde mi rincón las noches se hacen más oscuras, duermen en silencio, pero gritan a voces desagradables que la vida se desvela, que se mueren estas cuatro paredes, que necesitan buscarte, que se muere de pena la melodía que escuchaba cada tarde. Necesito encontrarlo todo, buscarlo y encontrarte. Cierro los libros y el tiempo da una vuelta más a cada suspiro porque ya no me hacen falta. Anoche vi escrito en algún lugar una de esas frases que cambian el mundo, un respiro, una luz incolora que iluminó el único camino que sigo ahora. El susurro, el hormigueo incesante de mis venas sintiendo tus palpitaciones y en mis manos un poquito de ti para descubrir que todo lo aprendí contigo.
Necesitas caminos largos porque tus pasos lo abarcan todo, porque tu fuerza inunda los mundos por más que se empeñen estos en detenerte, porque has hecho de tu constancia una forma de vivir y una manera de entender las cosas. Envidio tu alma cuando conviertes las lágrimas en ríos que navegar, cuando tus manos hacen de las nubes sombreros de algodón, añoro tus latidos porque son la fuerza que mueve mi mundo, y necesito tu sonrisa porque duerme en mi almohada, amanece entre mis manos y se marcha sigilosa haciéndome pensar que todo es mío.
