La vida es un suspiro improvisado en un mundo de imprevistos. He vuelto a pasear por los callejones de estos barrios y tengo la sutil sensación de que todo ha cambiado lo suficiente como para hacerme volver mil veces y sigue tan igual como lo soñaba para atraparme. Echaba de menos las sensaciones de leer los plumazos del corazón en libros virtuales que pasean por la red. Llevaba demasiado tiempo sin volver y ya sentía el pavor de estar viviendo en un mundo que no era el mio. Ha sido tan grato el regreso como los inicios. Mi trabajo, de momento, no me deja navegar a gusto por este océano, pero recuerdo cada gota, a cada marinero, y espero naufragar a ratos por este paraíso. Porque echo de menos los botes que pasan cuando pareces perdido, el lento compás y el susurro de las olas. Nada es necesario hasta que se pierde, o al menos hasta que está lo suficientemente lejos como para añorarlo. Volver al paraíso, y a cada ventana que suelo visitar a menudo ha sido como volver a mi rincón, tan profundo que no tengo tiempo para describirlo porque todas las palabras duermen en mi corazón intentando construir los sentimientos.
Primer viernes de Cuaresma
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Primer viernes de Cuaresma, minutos antes de las siete de la tarde. Por
lontananza, recortaba la moderna silueta de las setas un atardecer
machadiano, ent...
Hace 1 año
2 comentarios:
¡¡Bueno, qué alegría tu vuelta!! Recuerda aquello que cantaba Serrat: "No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí".
Qué bueno volver a leerte.
Un abrazo.
Se te echaba de menos por el rinconcito cibernético (y más aún las tardes de cafés interminables).
Me alegra volver a leerte, espero que todo vaya bien.
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