Y tú sin saberlo. Buscándote sin descanso, casi sin saber tu nombre, sin saber de ti apenas un par de letras y volviendo una y otra vez a pensarte y llevarte conmigo a todas partes; la metáfora de la vida. El apunte impulsivo de un deseo impertinente que viene a reconvertirnos, a reconfigurar el metabolismo de nuestra existencia. Dispuesto estoy a condicionar mi vida de todo cuanto me traigas. He luchado tanto por encontrarte que estoy preparado para ello, he pensado tantas veces en que te iba a encontrar que el día que aprezcas me sorprenderás tanto como la primera vez. Menos mal que no estoy solo en tu ausencia, y digo esto, porque te echo tanto de menos que te busco días y noches, y no son suficientes las horas para soñarte.Porque no tengo la sensación de que te perdí, pero si de que siempre estuviste conmigo, por eso sigo buscando sin descanso tu nombre escrito en algún lugar, o tal vez una pista de tus ojos en alguna noche con la suficiente luna como para deslumbrar mi ceguera.
Primer viernes de Cuaresma
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Primer viernes de Cuaresma, minutos antes de las siete de la tarde. Por
lontananza, recortaba la moderna silueta de las setas un atardecer
machadiano, ent...
Hace 1 año
2 comentarios:
Siempre que vuelvo a leer tus escritos me llenan como la primera vez. No me canso nunca de tus palabras. Un trabajo maravilloso. Gracias Miguel.
Excelente. mil aplausos, buen escrito.
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