Día anodino el de hoy, de esos que crecen de la existencia y se multiplican en la convivencia. Se que no todos los días pueden ser igual y por eso valoro vivir de esta manera, pero hay esperas que agotan el alma con la incipiente necesidad de descongestionar cada impulso. Valga la espera como consuelo, como pupitre lleno de algoritmos sin resolver y con miles de soluciones imposibles a tu alrededor. Hoy es un día de los del vuelco, del derrumbe, de la catarsis y la reestructuración de los valores, de las preferencias y de las necesidades. Lo mejor de hoy, el café de la mañana, el sorbo de media tarde, mi soledad, y su sonrisa siempre a tiempo.
Primer viernes de Cuaresma
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Primer viernes de Cuaresma, minutos antes de las siete de la tarde. Por
lontananza, recortaba la moderna silueta de las setas un atardecer
machadiano, ent...
Hace 1 año
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