Suele pasar que al enfrentarnos a la novela de nuestra vida hemos pensado que era la peor de cuantas llegaron a nuestras manos. Pero son apenas diez minutos de lectura que se hacen un mundo hasta
alcanzar el climax, ese que nos atrapa en el universo del lector y que has reconocido al leer lo que te cuento. Escuché mil veces por esas esquinas de la vida que duermen en el último asiento del bus urbano, o en el café insípido de la facultad, esa frase que me fascina: "el principio es un poco royo, luego engancha".

Esa barrera que parece infranqueable sin la ilusión con la que nos enfrentamos a esos colosos de las letras. Y me pregunto yo, ¿a ningún escritor se le ha ocurrido suprimir ese inicio y empezar veinte páginas mas tarde?, o ¿es que soy tan estúpido que no alcanzo a comprender a los grandes novelistas?, Bah! dejare de leer las dedicatorias...
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