martes, 3 de marzo de 2015

Danzas de lo imposible

Los puentes no han logrado nunca atravesar los océanos, como la piel nunca tiene memoria de las caricias que se dieron. Los imposibles perviven solo en el intento, en los sueños y en los anhelos de los que saben soñar cuando se turbia el agua que separa el límite acristalado de la distancia. Pero ten paciencia, sigue tu rumbo, tu camino, por más que veas correr a los otros vestidos de imposibles que no saben reconocer, no tuerzas tus pasos, no vaciles, no enturbies tus ideas, no aturdas el guión que marcaba tus huellas y que te han traído hasta aquí. Aprovecha el impulso de ese golpe de aire de los que te pasan veloces y tómalo como aliento, y el veneno escúpelo sin acritud, sin maldad, olvida y levanta el vuelo de tus alas con el motor de tu soledad.  El desprecio no sirve de nada, vivir lo arregla todo, vivir en paz, amar lo propio y lo ajeno con la esperanza de que todo cambie, respetar sin juicios ni reproches, amar con la dulzura de quién no conoce el sacrilegio, amar con la esperanza de quien ve huellas donde no hubo pasos, amar con la grandeza de quien se quiere, y ver luces en la sombras, y ver como el mundo cambia, como se transforma, como los símbolos son señales y las barreras puentes, y las cadenas impulsos, y las líneas quebradas sonrisas, y los días amaneceres, y los ahogos latidos, y los negros colores y un sinfín de verdades que vivían en ti sin tú vivirlas. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Maravilloso, maravilloso!!! Has escrito con una belleza sublime el arte de VIVIR. Gracias por tanto!

Miguel dijo...

El arte de vivir con mayúsculas, que bonito suena. Gracias por volver.